La iglesia abacial de Muri es uno de los edificios barrocos más importantes de Suiza. Su vínculo casi milenario con la Casa de Habsburgo, que donó el antiguo monasterio benedictino en 1027, es único. Más de 200 frescos barrocos adornan el baldaquino octogonal. Cinco instrumentos históricos forman juntos un sistema de órgano único de renombre mundial, que se interpreta en una serie de conciertos de primavera a otoño. En el claustro, los cristales de los donantes, considerados la cumbre de las vidrieras renacentistas en Suiza, dan cuenta de las numerosas relaciones que la Abadía de Muri mantuvo con exponentes de la vida política y eclesiástica de toda Europa. En la Capilla de Loreto, los fundadores y los primeros miembros de la dinastía de los Habsburgo han encontrado su última morada, al igual que los corazones de la última pareja imperial austriaca, Carlos I y Zita. Las entradas para el claustro se pueden adquirir en el Centro de Visitantes de Muri.


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