La mundialmente conocida "colección de sonidos" de dos siglos le invita a un recorrido musical-nostálgico. Descubra la historia de los autómatas musicales, detalles técnicos sorprendentes y muchas melodías nostálgicas, interpretadas en directo.

El Museo de Autómatas Musicales Seewen SO lleva años deleitando a una comunidad de aficionados en constante crecimiento. Se encuentra a unos 20 km al sur de Basilea y es una de las atracciones más populares del noroeste de Suiza.

El "museo sonoro" debe su existencia a la apasionada actividad coleccionista del Dr. h.c. Heinrich Weiss, que durante décadas reunió con amor y meticulosidad una amplia colección de cajas de música y cajas de discos suizas, autómatas musicales, relojes musicales, autómatas de figuritas, fonógrafos y gramófonos en lo que es ahora una colección mundialmente famosa. En 1979, convirtió esta colección en un museo y la hizo accesible al público. Y en 1990 donó toda su colección, el edificio del museo y los terrenos asociados a él a la Confederación Suiza. Desde entonces, el Museo de Autómatas Musicales Seewen SO es un museo federal. Desde el punto de vista organizativo, ahora pertenece a la Oficina Federal de Cultura (OFC).

El Museo de Autómatas Musicales está situado en medio del encantador paisaje del Jura, en la región de Schwarzbubenlandia, en Soleura, a unos 610 metros de altitud. Es un destino muy especial para hacer caminatas o excursiones en cualquier época del año. El moderno y espacioso edificio también incluye un restaurante con terraza y una tienda del museo. Justo al lado hay plazas de aparcamiento para coches y autobuses y la parada de autobús de correos "Seewen SO, Musikautomaten". Todo es accesible para las sillas de ruedas.

Una parte importante de la visita al museo sonoro es la visita guiada de una hora a la exposición permanente. Se explican varias facetas del mundo de los instrumentos musicales mecánicos, y se explican y demuestran en directo autómatas musicales muy diferentes. Déjese llevar musicalmente a un mundo desaparecido: En el Salon Bleu aprenderá cómo se introdujo la música perfecta para piano en el salón de la alta burguesía en torno a 1910, grabada por los mejores pianistas de la época y almacenada en rollos de música para instrumentos mecánicos. O le tocará una caja de música de lujo, ya que se produjeron en Suiza en gran número a finales del siglo XIX como un éxito de exportación. Escuchar valses y tangos en el salón de baile, interpretados por grandes orquestas de Alemania, Bélgica o la República Checa, con cuya música se conocieron nuestros abuelos y bisabuelos. Y en la sala del taller, descubra el funcionamiento interno de los autómatas musicales, construidos con infinita paciencia, precisión y gran destreza.

Los niños, los jóvenes y las clases de los colegios pueden combinar la visita con el popular "Magic Sound Tour". Conocerán a los ancestros de sus i-Pods, descubrirán de forma lúdica la variedad e historia de los aparatos musicales autoejecutables y podrán adquirir nuevas experiencias con pequeños experimentos sobre resonancia, sonido y mecánica. Las soluciones a las 10 preguntas se pueden pulsar en su propio aro de melodía y, al final, la melodía terminada se puede reproducir en una caja de música. De este modo, se pone en práctica una técnica centenaria de almacenamiento de melodías.

Otra obra maestra es el poderoso órgano filarmónico Welte, que se construyó para el transatlántico Britannic, barco hermano del Titanic. En el órgano Britannic se pueden tocar los aproximadamente 1500 rollos de música Welte con interpretaciones de las primeras décadas del siglo XX. En total, sólo hay unos cinco órganos filarmónicos Welte de este tipo todavía en funcionamiento, y la colección de rollos del museo es líder en el mundo. Podrá descubrir la apasionante historia del órgano británico durante una visita guiada de 20 minutos y experimentar el órgano en directo.

Un desvío a la tienda del museo con su variado surtido de recuerdos sonoros, maravillosas cajas de música, folletos de exposiciones, libros de referencia, postales y CDs y al restaurante con terraza al sol completan la visita al museo sonoro.

El museo del sonido es un destino maravilloso para jóvenes y mayores con cualquier tiempo.


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